lunes, 11 de abril de 2011

DERIVADOS FINANCIEROS

Los derivados financieros son un producto financiero, cuyo valor depende del precio de otro activo, al que se denomina activo subyacente. Es decir, que su valor se basa en el precio del activo del cual deriva. Hay diferentes clases de subyacentes utilizados, como pueden ser las materias primas, los valores de renta fija etc.

Los contratos financieros se caracterizan por tener un periodo de tiempo entre su contratación y su liquidación o cumplimiento, el cual se realiza en el futuro, de acuerdo a las condiciones estipuladas desde el principio de la operación. Así mismo, buscan cubrir al agente de los riesgos del mercado y su valor cambia en respuesta a los cambios de precio del activo subyacente. Hemos de destacar, que los derivados financieros se pueden cotizar en mercados organizados como las bolsas o mercados no organizados como los OTC y requieren una inversión neta muy pequeña o nula, lo que permite tanto mayores ganancias como mayores pérdidas.

Los derivados financieros suelen ser utilizados para cubrir un riesgo, para especular con una visión del mercado, para realizar una ganancia por arbitraje, para transformar la naturaleza de un pasivo, para transformar la naturaleza de una inversión sin incurrir en los costos de vender un portfolio y comprar otro.

Al tener diversas funciones, los derivados financieros son difíciles de controlar, pero existen variadas regulaciones que proporcionan seguridad en todo el mercado en general. Podemos acentuar el Mercado Oficial de Futuros y Opciones Financieras en España, que está regulado por la Comisión Nacional de Mercado de Valores y por el Ministerio de Economía.

Cuando se realizan operaciones con derivados, existen una serie de riesgos a los que la empresa está sujeta, los cuales suelen ser cubiertos por los contratos financieros. Como todo contrato, éste genera derechos y obligaciones a cada una de las partes. Cabe destacar cuatro tipos de riesgos. El primero de ellos es el riesgo del mercado, que variará dependiendo del comportamiento del subyacente a lo largo de la vigencia. El segundo de ellos es el riesgo que corre la contraparte, este consiste en el cambio de las fluctuaciones del producto financiero negociado, a lo largo de la vigencia, generando ganancias a una de las partes del contrato y pérdidas de la otra. El tercero son los riesgos operacionales, los cuales surgen de deficiencias en algún aspecto de la ejecución de un programa de derivados. Y por último, cabe destacar los riesgos jurídicos, los cuales surgen debido al complejo e incierto entorno legal.

Para disminuir los riesgos mencionados anteriormente, los mercados de derivados se encuentran regulados en España  en la Ley 249/1988, de 28 de julio del Mercado de Valores y en el Real Decreto 1814/1991, de 20 de diciembre que regula los mercados oficiales de valores futuros y acciones.

La Ley del Mercado de Valores establece las clases de mercados oficiales de valores, todo ello, sin perjuicio de una regulación básica unitaria de estos mercados.
El artículo 31 señala que “son mercados secundarios oficiales de valores aquellos que funcionen regularmente, conforme a lo prevenido en esta Ley y en sus normas de desarrollo, y, en especial, en lo referente a las condiciones de acceso, admisión o negociación, procedimientos operativos, información y publicidad”

Si tenemos una buena regulación de los mercados de derivados, podremos ver como los precios son el reflejo de la demanda y la oferta de mercado y que las insolvencias no conlleven riesgo sistémico. Pero, por otra parte, de una buena regulación no se puede esperar que se reduzca la volatilidad de los subyacentes y que se eviten los casos de solvencia. Es decir, que aunque estén regulados, y a pesar de que haya numerosas medidas para que no se produzca ninguna desgracia, nada es perfecto, y en algún momento todo puede venirse abajo y salir mal.

Pero no todo es negativo, los derivados tienen números beneficios y es que se pueden combinar entre sí, apareciendo derivados nuevos y más complejos. También se pueden operar sobre bonos, divisas, productos agrícolas, metales y otros activos financieros como pueden ser los créditos otorgados por los bancos. Por lo tanto, no está bien culpar a los derivados como primera causa de la crisis económica de nuestro país como muchos están haciendo. Los principales factores causantes de la crisis económica son los altos precios de materias primas, la sobrevaloración del producto, una elevada inflación planetaria entre otros, mientras que los derivados son simplemente un medio más en el negocio.

La historia se remonta hacia el  siglo XVI en Holanda, donde se negociaban contratos derivados cuyos subyacente eran los bulbos de tulipanes. Los agricultores y fabricantes se pusieron de acuerdo en entregar la mercancía en una fecha a un precio previamente fijado. Ya en 1848, se fundó ‘Chicago Board of Trade’, el cual sirvió como instrumento de estabilidad para compradores y vendedores que sabían de antemano el precio a pagar o recibir por las mercancías. En éste mercado se comenzó negociando con trigo y maíz, y establecía el importe, la calidad, las fechas de entrega etc. Hoy en día, los derivados son un instrumento muy utilizado por las empresas ya que les permiten mejorar la gestión del riesgo y reducir los costes financieros, en los que puede incurrir con malas previsiones o falta de coberturas.


CLASES DE DERIVADOS

Los derivados financieros se pueden clasificar en 4 clases de activos dependiendo del tipo de contrato. Los Forwards, las Opciones, los Swaps y los Contratos Futuros o Warrants.

Dependiendo del lugar de contratación se pueden dividir en Mercados financieros, donde se encuentran los Contratos Futuros y las Opciones cuyos productos son estándar, tienen una mayor liquidez y no tienen virtualmente ningún riesgo crediticio. Y por otro lado podemos encontrar los Forwards y los Swaps que se encuentran dentro de los OTC (Over The Counter) que son productos no estándar que tienen riesgo de crediticio.

LOS FORWARDS.
Los forwards son operaciones estructuradas que se negocian el día de hoy y son cumplidas en el futuro, pueden pasar días, meses o incluso años. En estos contratos se adquiere una obligación de vender o comprar un bien activo financiero en una fecha futura en cantidades y precios predefinidos. Se caracterizan porque se diseñan a las necesidades del agente, esto implica que no son negociables y por ende no son líquidos, así mismo, destacamos, que en los forwards no hay flujo de fondos entre las partes hasta la fecha de madurez del contrato.

Un ejemplo de forward puede ser el siguiente. Un exportador, que recibirá el pago de sus ventas el 26 de octubre de 2009, realiza un contrato forward, para cubrirse del riesgo cambiario, con un banco para venderle 20.000.000 dólares a una tasa de cambio de 2.160 por dólar. Si la tasa de cambio para el 26 de octubre es 2.268,54 por dólar, el exportador tiene que vender sus dólares a 2.160.

LOS FUTUROS
Son contratos a futuro donde se adquiere una obligación de vender o comprar un bien o activo financiero en una fecha futura en cantidades y precios predefinidos. Se caracterizan porque son líquidos es decir existe un mercado en cual se negocian, esto implica que son contratos estándar y no se pueden ajustar completamente a las necesidades del agente.

Un ejemplo de éstos sería que una empresa de ositos de peluche negocia un futuro de ositos para vender 5 millones en enero de 2000 por un precio de 1.220 euros. Si el precio de la publicidad en enero es de 1.230 euros, la empresa tiene que vender 1.220 ositos

LOS SWAPS
Como ya hemos explicado en otro blogs, podemos destacar muy brevemente que los Swaps son un acuerdo entre 2 entidades a futuro para la adquisición de un producto. Una de las partes está interesada en fijar un precio en una fecha futura y encuentra una contraparte que juega con el precio durante el periodo de tiempo que transcurre hasta que la operación se haga efectiva (fecha de cumplimiento del acuerdo). Durante ese período de tiempo le permitirá encontrar un precio al producto que soporte la operación. El beneficio será la diferencia entre el precio por el que compra el producto y el precio en el momento del contrato.

OPCIONES: Son contratos donde se adquiere hoy el derecho a vender o comprar un bien o activo financiero en una fecha futura en cantidades y precios predefinidos, a cambio paga una prima al emisor de la opción. Las opciones pueden ser put o call, en las primeras el agente tiene el derecho de vender un determinado activo (el subyacente) en o hasta una determinada fecha a un precio determinad, en las otras tiene el derecho de comprar un determinado activo (el subyacente) en o hasta la fecha de vencimiento a un precio ya determinado en el pasado.

Ejemplo: un inversionista compra una opción put, en la que adquiere el derecho a vender un paquete de acciones de la ETB a 1.042$ por acción, para ser ejercida el 14 de octubre de 2009; en esta fecha el precio de mercado de la acción de la ETB es mayor que el precio pactado, entonces el inversionista decide no ejercer la opción, es decir no le vende el paquete de acciones al emisor de la opción, perdiendo el valor de la prima pagada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario